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Hoy vamos a hablar de la colección de arte y diseño “Espressionismo Floreale” de la artista mallorquina Laura Niubó. Pero primero descubriremos, para quienes aún no la conozcan, quién es, así que coged aire porque esta chica ha hecho de todo. Preparados, listos, ¡ya!
Hemos dicho mallorquina, sí, Laura nació en Mallorca, pero ha recorrido mucho mundo, literal y metafórico, interno y externo, desde que dejó la isla con dieciocho años. La primera parada fue Barcelona, donde estudió Publicidad y RRPP en la Universidad Autónoma, y Diseño Gráfico en La Massana.
En 2010 cambió el cielo barcelonés por el londinense y trabajó como freelance. De aquí fue a parar a París donde tuvo la oportunidad de trabajar en Ogilvy and Mather, una de las agencias de publicidad más conocidas, colaborando con marcas como Louis Vuitton. ¿La siguiente parada? Un contrato con Media Arts Lab, una agencia que trabaja exclusivamente con Apple, que la llevó hasta L.A. Y allí sigue, combinando proyectos nacionales e internacionales como freelance y directora de diseño para marcas como Google. También cuenta con campañas publicitarias como la de Pixel 4 y experiencias pop-up en Coachella junto a Childish Gambino, entre otras.
Sus obras de arte gráfico nacen de su necesidad interior de expresarse mediante el color, transmitiendo energía y sensibilidad estética. Sus trabajos se han expuesto en galerías, eventos y vallas publicitarias del mundo entero, llenando de energía a cada persona y espacio dónde se encuentran.
La finalidad de Laura es mejorar la relación que tenemos entre nosotros y con el mundo a través del color, siendo este la base de sus trabajos y tratándolo como un canal para vibrar en la sintonía de los sentimientos positivos. Es bajo este concepto que creó su propia marca de arte gráfico y productos de diseño, Niubó. Entre sus productos encontramos piezas de arte gráfico, alfombras y lámparas de diseño, siempre producidos con la máxima calidad.
“Espressionismo Floreale”
El tema central se funda en el concepto del renacimiento de la vida, mediante cuidadas formas geométricas Laura representa abstractamente la reproducción natural de las flores. Cada obra y su nombre equivalen a una parte reproductora de la flor.
Fue precisamente un momento vital el que inspiró el concepto de esta colección, en Enero de 2020, después de dar a luz a su hija Mia, Laura sintió la necesidad de dejar de lado el ritmo frenético de Los Ángeles y detenerse para honrar a la vida. Otras circunstancias y el cúmulo de experiencias en su trayectoria profesional la habían conducido también a la conclusión de que la naturaleza y el cuerpo humano debían ser encumbrados como embajadores de la creación.
Una vez decidida, Laura se puso manos a la obra y, fusionando un punto de vista abstracto con una perspectiva pop, realizó su conmemoración a la madre naturaleza, entonces, llegó la pandemia. Esto, hizo más fuerte su deseo de transmitir sentimientos positivos a su público. ¿Qué mejor momento para llenarlo todo de color y centrarse en las cosas de la vida que merecen ser celebradas? Ese era el momento. Y éste es el arte de Laura y su obra, valiente, directa, decidida, vibrante, positiva, apasionada, llena de amor, igual que ella.
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